Firmemente convencido de que todo está conectado, el Papa Francisco nos invita a descubrir un “nuevo diálogo sobre la forma en que estamos construyendo el futuro de nuestro planeta” que sea ambiental, económico, social, cultural y religioso.
Así, basándose en su visión de la ecología, que es integral, el Papa Francisco sigue formulando un significado de desarrollo, que también es integral: un desarrollo que no excluye a nadie, e incluye todos los aspectos y dimensiones de la persona humana.
Al respecto, el Papa Francisco también nos invita a recordar el valor del trabajo, tan sabiamente desarrollado por San Juan Pablo II en su Carta Encíclica Laborem Exercens, que nos dice que “el trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social”. Al plantear el trabajo como clave esencial de toda la cuestión social, San Juan Pablo II encontró éticamente justa la organización y la asociación entre los trabajadores para garantizar una efectiva dignidad en todos los ámbitos laborales. Afirma que, frente a las profundas transformaciones que ocurren en el mundo del trabajo, “son siempre necesarios nuevos movimientos de solidaridad de los hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo”. En las actuales condiciones del mundo, de hecho, es esencial crear espacios de encuentro y de reflexión junto con instituciones involucradas en el desarrollo del bien común de la humanidad, como los “sindicatos”.
El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, basándose en la perspectiva recién indicada, organizó un Encuentro Internacional de Organizaciones Sindicales sobre el tema: El trabajo y el movimiento de los trabajadores en el centro del desarrollo humano integral, sostenible y solidario. ¿Por qué el mundo del trabajo sigue siendo la clave del desarrollo en el mundo globalizado? El Encuentro se celebró en el Vaticano, en el Aula Nueva del Sínodo, los días 23 y 24 de noviembre de 2017.
DOCUMENTO FINAL DE LOS PARTICIPANTES