Es una llamada a escuchar el grito de la tierra que sufre, que la Santa Sede ha lanzado hoy en Katowice, Polonia, donde se celebrará la Conferencia Mundial sobre el Clima el 3 de diciembre. La cumbre Cop24 reúne a representantes de más de 200 países que discuten los desafíos relacionados con el cambio climático, la necesidad de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y la urgencia de proteger, en particular, las partes del planeta y las poblaciones más expuestas -a menudo pobres y sin medios de subsistencia- en detrimento de este proceso.
Con este objetivo, la delegación de la Santa Sede encabezada por el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, reiteró la urgente necesidad de prestar atención a los signos evidentes de degradación del planeta y de proteger a los más pobres y vulnerables, incluso a través de ofrecer condiciones laborales dignas: "Esta es una crisis con efectos económicos, financieros y sociales" que "nos alienta a escuchar con atención el grito de la tierra", observó durante la conferencia de prensa anunciada hoy, citando la Encíclica Alabado Seas, Monseñor Bruno-Marie Duffé, Secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que coordina la delegación del Papa. Por lo tanto, necesitamos "acciones concretas" y "auténtica solidaridad global", así como no subestimar las alarmas lanzadas por los científicos que "muestran claramente el impacto devastador del Cambio climático en todo el mundo".
Aquí el comunicado de prensa en inglés.