El domingo 11 de febrero se celebra la XXVI Jornada Mundial del Enfermo. Para la ocasión, el Santo Padre difundió un Mensaje sobre el tema: Mater Ecclesiae: «Ahí tienes a tu hijo... Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa» (Jn 19,26-27)
En el Mensaje, Francisco recuerda la “vocación materna de la Iglesia hacia los necesitados y los enfermos” y cita el episodio del Evangelio en el que Jesús, en la cruz, se dirigió a su madre María y al discípulo Juan, encomendándoles el uno a la otra.
“Al igual que María, explica el Santo Padre, los discípulos están llamados a cuidar unos de otros, pero no exclusivamente. Saben que el corazón de Jesús está abierto a todos, sin excepción. Hay que proclamar el Evangelio del Reino a todos, y la caridad de los cristianos se ha de dirigir a todos los necesitados, simplemente porque son personas, hijos de Dios”.
“La imagen de la Iglesia como un «hospital de campaña», que acoge a todos los heridos por la vida, es una realidad muy concreta, porque en algunas partes del mundo, sólo los hospitales de los misioneros y las diócesis, brindan la atención necesaria a la población”. Y así, “La memoria de la larga historia de servicio a los enfermos es motivo de alegría para la comunidad cristiana y especialmente para aquellos que realizan ese servicio en la actualidad [...]. De él debemos aprender la generosidad hasta el sacrificio total de muchos fundadores de institutos al servicio de los enfermos, la creatividad, impulsada por la caridad, de muchas iniciativas emprendidas a lo largo de los siglos, el compromiso en la investigación científica, para proporcionar a los enfermos una atención innovadora y fiable. Este legado del pasado ayuda a proyectar bien el futuro”.
Además, añade Francisco, “Jesús entregó a la Iglesia su poder de curar” y por lo tanto “la tarea de la Iglesia, que sabe que debe mirar a los enfermos con la misma mirada llena de ternura y compasión que su Señor, responde a este don de Jesús”.
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