"Es apropiado agradecer al Creador por el impresionante y maravilloso regalo de las grandes aguas y de lo que contienen (ver Gén. 1, 20-21; Sal. 146: 6), y alabarle por cubrir la tierra con los océanos (ver Salmo 104 6). Dirigir nuestros pensamientos hacia las inmensas extensiones del mar, en continuo movimiento, representa, en cierto sentido, también una oportunidad para pensar en Dios que acompaña constantemente a su creación, haciéndolo avanzar, manteniéndolo en existencia (ver S Juan Pablo II , Catequesis, 7 de mayo de 1986). Preservar este valioso activo cada día representa una responsabilidad ineludible, un verdadero desafío: necesitamos una cooperación efectiva entre personas de buena voluntad para colaborar en el trabajo continuo del Creador. Desafortunadamente, muchos esfuerzos se desvanecen debido a la falta de regulación y controles efectivos (...) estamos llamados a comprometernos, con una mentalidad activa, orando como si todo dependiera de la divina Providencia y trabajando como si todo dependiera de nosotros".
Las instituciones católicas se unen a las otras Iglesias Cristianas para discutir el tema de la salvaguardia de los mares y océanos, que son patrimonio común de toda la humanidad. La contaminación del agua, la alta tasa de plástico presente en los océanos, la degradación ambiental ponen en peligro la flora y fauna marina, así como la salud humana.
La Conferencia expresa el enfoque "integral" expresado en la Carta Encíclica del Papa Francis Laudato Si, publicada en 2015. En línea con este enfoque, el tema será tratado desde múltiples perspectivas, teológica, antropológica, ecológica y económica. También se examinarán las perspectivas de las políticas nacionales e internacionales relacionadas con la protección de los océanos, así como las del mundo de los negocios y la industria.
La Conferencia pretende ofrecer una contribución que estimule un diálogo permanente y amplio sobre los mares y océanos, teniendo en cuenta los aspectos relacionados con la contribución de las religiones.
El evento es promovido por el Dicasterio del Servicio de Desarrollo Humano Integral, en colaboración con: Apostolado del Mar Stella Maris, Justicia y Paz Europa, Justicia y Paz Copenhague, Movimiento Católico Global por el Clima.