Tras el terremoto que ha sacudido Haití con extraordinaria vehemencia, causando -según datos de las autoridades locales- al menos 2.200 víctimas y más de 12.000 heridos, así como cuantiosos daños materiales, el Papa Francisco, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha decidido enviar una primera contribución de 200.000 euros para ayudar a la población en esta fase de emergencia, que se une a la ya difícil situación provocada por el COVID-19.
Esta suma, que se distribuirá, en colaboración con la Nunciatura Apostólica, entre las diócesis más afectadas por la catástrofe, se utilizará en obras de asistencia a las víctimas del terremoto y quiere ser una expresión inmediata del sentimiento de cercanía espiritual y de aliento paternal hacia las personas y los territorios afectados, manifestado por el Santo Padre al margen del Ángelus en la Plaza de San Pedro el domingo 15 de agosto de 2021 con la invocación de la protección de la Virgen.
Esta aportación, que acompaña a la oración, en apoyo de la querida población haitiana, se enmarca en la ayuda que se está activando en toda la Iglesia católica y que implica, además de a varias Conferencias Episcopales, a numerosas organizaciones caritativas.
El Santo Padre también ha decidido enviar una primera ayuda de emergencia de unos 69.000 dólares a la población de Bangladesh, recientemente afectada por el ciclón Yaas; y 100.000 euros a la población de Vietnam, que se encuentra en un estado de grave aflicción por las consecuencias socioeconómicas de la pandemia del COVID-19.