La pastoral de acompañamiento de la Iglesia a los migrantes y refugiados es una de las áreas temáticas prioritarias confiadas al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral que promueve el llamado del Papa Francisco a dar una respuesta concreta a este desafío.
En este sentido, desde este Dicasterio Vaticano se acompañan a las iglesias locales y a las diferentes realidades eclesiales que realizan la labor de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y se promueven diversas iniciativas de promoción en este ámbito.
Por este motivo, una delegación de este Dicasterio Vaticano participó el 19 de octubre al emotivo momento de oración presidido por el Papa Francisco junto a los miembros del Sínodo que se realizó en la Plaza de San Pedro, ocasión en la que el Papa invitó a los presentes y a todo el mundo para rezar por todos aquellos que han perdido la vida a lo largo de las distintas rutas migratorias.
En su discurso, el Papa Francisco comentó la parábola del Buen Samaritano y colocó al centro la encíclica Fratelli tutti como clave de lectura para responder a la llamada del Evangelio y “hacernos prójimos de todos los caminantes de hoy, para salvar sus vidas, curar sus heridas, aliviar su dolor”.
El Santo Padre puso en relieve también el peligro de estos viajes migratorios y los riesgos que corren muchas de las personas en las rutas teniendo que atravesar desiertos, bosques, ríos y mares.
“Debemos esforzarnos por hacer el camino más seguro, para que los viajeros de hoy no sean víctimas de los bandidos. Es necesario redoblar los esfuerzos para combatir las redes criminales, que especulan con los sueños de los migrantes. Pero es igualmente necesario indicar rutas más seguras. Para ello, hay que esforzarse por ampliar los canales regulares de migración”, pidió el Papa.
Por último, Francisco reconoció que “en el escenario mundial actual, está claro que es necesario poner en diálogo las políticas demográficas y económicas con las políticas migratorias en beneficio de todos los implicados, sin olvidar nunca poner en el centro a los más vulnerables”.