La Escuela Profesional San José Obrero (“Shën Jozefi Punëtor”) de la Diócesis de Rrëshen, en la región de Mirdita, en Albania, ofrece a los alumnos una formación de alto nivel que permite el desarrollo humano integral de la persona y de la sociedad.
El Instituto, cuyo presidente es el Obispo de Rrëshen, Mons. Gjergj Meta, está en funcionamiento desde septiembre de 2004 y fue construido por el entonces Obispo de Rrëshen, Mons. Cristoforo Palmieri, quien confió a la dirección de los Padres Somaschi.
Mirdita está situada en el norte del país. Es una zona pobre y aislada, donde no hay industrias y predomina una economía de mera subsistencia. Como explica el P. Michele Leovino CRS, director del proyecto de la Escuela Obrera San José, “de Mirdita sólo se puede salir, alejarse. No hay razón para trasladarse a Mirdita si no se tienen raíces allí”.
Por este motivo, el proyecto de formación que se ofrece “es un contrapunto al fenómeno de la pequeña delincuencia local y la emigración juvenil; una valiosa oportunidad de formación sociocultural en un contexto altamente individualista y un fuerte estímulo para vivir la escuela como un lugar de formación humana y profesional en el que también se fomenta la puesta en marcha de experiencias empresariales juveniles, a través de start-ups dedicadas”.
Durante los estudios se forman electricistas, mecánicos, fontaneros e informáticos, trabajadores sociales y de hostelería. A partir de 2012, los estudios de la escuela equivalen al nivel universitario, al mismo nivel que las escuelas públicas, lo que permite expedir títulos reconocidos a escala nacional.
Además, este proyecto es una gran oportunidad para todo el territorio porque, como señala el P. Michele, “ha traído una actividad inducida que va mucho más allá de los empleados de la escuela y del internado". Alrededor del instituto, de hecho, se han realizado inversiones en transporte, para trasladar a más de 200 alumnos cada día, en pequeños establecimientos, tiendas de comestibles y bares en primer lugar, y en pequeños hoteles para alojar a los socios extranjeros del instituto”.
El instituto ofrece a unos 60 alumnos la posibilidad de residir en el internado y a 12 chicas la de vivir en el internado femenino, gestionado en colaboración con la Congregación de las "Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl". En total, unas 80 chicas acuden al colegio St. Joseph, una cifra considerable para el contexto social en el que se encuentra.