La Fundación Internacional del Buen Pastor (GSIF) y su socio local Bon Pasteur Kolwezi trabajan para erradicar el trabajo infantil y las violaciones de los derechos humanos en las zonas mineras de Kolwezi (República Democrática del Congo).
El Centro Bon Pasteur es un “espacio clave que ayuda a integrar la protección y la capacitación de los niños en el desarrollo de toda la comunidad, mejorando el impacto global del programa”.
Se acompaña a los niños para que abandonen su trabajo en las minas de cobalto y para que desarrollen todo su potencial, en escuelas y otros entornos seguros de la comunidad, mediante actividades físicas e intelectuales adecuadas a su edad. Gracias al programa del Buen Pastor, ya son 4.800 los niños del Congo que han abandonado las minas para ir a la escuela.
Sin embargo, también hay muchas mujeres y niñas que realizan trabajos peligrosos en las minas o que se ven forzadas a la explotación sexual comercial. El proyecto de empoderamiento económico les proporciona educación básica, atención sanitaria y formación profesional, ayudándoles así a ser económicamente independientes y a no verse obligadas a contraer matrimonios forzosos y prematuros.
Desde 2019, el Centro Bon Pasteur ofrece asistencia y protección a niños y mujeres maltratados y les ha ayudado en la persecución de acciones relativas a castigos corporales, negligencia, abusos sexuales y matrimonios precoces y forzados.
Además, la Fundación Internacional Buen Pastor (GSIF) y Bon Pasteur Kolwezi trabajan para mejorar la seguridad y la calidad de vida de la comunidad local, con el fin de erradicar las causas profundas de los abusos y la explotación actuales.
En este sentido, el proyecto de medios de vida alternativos ofrece formación técnica en agricultura y ganadería a los miembros de la comunidad. Gracias a la creación de diez cooperativas agrícolas, 870 nuevos agricultores disponen ahora de un medio de vida alternativo al peligroso trabajo minero.
Asimismo, un grupo de 14.000 miembros de la comunidad participa constantemente en actividades de concienciación sobre el código minero, los derechos humanos y las responsabilidades, el desarrollo comunitario, la defensa y la gestión y resolución de conflictos. Gracias a estas actividades, las comunidades están en condiciones de conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo.