La reunión regional europea del Apostolado del Mar - Stella Maris se celebró en Roma del 24 al 27 de junio. Los directores nacionales, los capellanes y los voluntarios responsables de cada País, junto con delegados de otros continentes- activos en más de 300 puertos en todo el mundo - discutieron sobre los desafíos y los caminos necesarios para el desarrollo del servicio promovido por la Iglesia en favor de los trabajadores del mar y sus familias.
Con la coordinación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el evento ofreció un resumen del trabajo realizado en cada País, en relación con las iniciativas desarrolladas, las dificultades encontradas y los recursos disponibles.
Se han explorado varios temas: desde el empeño de los capellanes en los cruceros, en favor de la tripulación y de los viajeros, a aquel de los capellanes del puerto para el bienestar de todos los trabajadores. Fue de importancia también la implementación de la encíclica de Papa Francisco Laudato si’ a favor de la "Gente de Mar".
Los capellanes presentes en los buques y en los puertos - es el tema compartido- son un punto de referencia para los trabajadores del mar, sus familias, los viajeros y para todos aquellos que viven o experimentan la dimensión del trabajo y la vida en el mar: no ofrecen solo atención pastoral, sino también ayuda práctica, participación en la vida de la comunidad local, alimento cultural.
Al concluir la reunión, el jueves 27 de junio, los participantes de la reunión fueron recibidos en Audiencia por el Santo Padre Francisco, que ha dicho: "Vuestro servicio a los marineros y pescadores es, sobre todo, escucharlos, escuchar sus preocupaciones materiales y espirituales", porqué - añadió citando la Evangelii Gaudium - ««La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna que nos desinstala de la tranquila condición de espectadores». "Vuestra presencia en los puertos, tanto grandes como pequeños, debería ser en sí misma un recordatorio de la paternidad de Dios y del hecho de que ante Él todos somos hijos y hermanos; una referencia al valor primario de la persona humana antes y por encima de cualquier interés; y un incentivo para todos, comenzando por los más pobres, a esforzarse por la justicia y el respeto de los derechos fundamentales".