El equipo de Cáritas en Wabag (Papúa Nueva Guinea) junto a la comisión de Justicia, Paz y Desarrollo de la Diócesis Católica de Wabag lanzó un plan quinquenal para la provincia de Enga con el fin de abordar el problema de la violencia relacionada con las acusaciones de brujería (SARV, por sus siglas en inglés).
Este programa de formación tiene por objetivo el educar a la población sobre las causas de la muerte, los derechos humanos, la dignidad de la vida y las leyes sobre la SARV, concretamente la violencia que se ejerce contra las personas que han sido acusadas de practicar la brujería.
La creencia en la brujería o hechicería está profundamente arraigada en todo Papúa Nueva Guinea y está muy extendida en diferentes formas. Por ese motivo, el Gobierno de Papúa Nueva Guinea elaboró en 2015 un amplio Plan de Acción Nacional contra la Violencia Relacionada con Acusaciones de Brujería y Hechicería para abordar el problema.
Sin embargo, el SARV sigue aumentando el miedo, el trauma y la estigmatización, dividiendo familias, causando conflictos duraderos entre comunidades y provocando la muerte injusta de muchas vidas inocentes en Papúa Nueva Guinea y en otras partes del mundo.
Por su parte, la Conferencia Episcopal condenó la SARV y la calificó como despreciable y contraria a las enseñanzas y principios cristianos, y contra la dignidad de la vida humana.
Con la intención de hacer algo concreto para rescatar, proteger y salvaguardar a las víctimas a nivel comunitario y parroquial, el equipo de la Cáritas de Wabag puso en marcha un programa de formación e incidencia para enseñar a la gente de la Iglesia cómo actuar cuando se encuentra con un caso de SARV, pero también para planificar y elaborar métodos estratégicos para abordar el problema a nivel diocesano, y para reforzar la concienciación continua y la formación educativa implicando a todos los sectores de la sociedad.
Además de las acusaciones de brujería, esta formación aborda también los problemas del alcoholismo, la adicción a la mariguana y los conflictos tribales. El plan también incluye formas de abordar las raíces de estos problemas mediante el apoyo a proyectos generadores de ingresos. El programa ya ha obtenido los primeros logros, pues algunas personas ya se han comprometido a volver a sus comunidades y promover el respeto y la paz.