“Celebrando el Domingo del Mar, estamos obligados a recordar a los casi 1.200.000 marineros de toda nacionalidad, que profesan una fe diferente, obligados a vivir varios meses en el espacio restringido de un barco, separados de sus familias y de sus seres queridos, sin poder participar en los eventos familiares más importantes y significativos (cumpleaños, graduaciones, etc.) ni estar presentes en los momentos difíciles que te ponen a prueba, como las enfermedades o la muerte”.
Así se expresó, el Cardenal Peter K.A. Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en el Mensaje para el Domingo del Mar que se celebró el pasado 8 de julio.