El 21 de noviembre, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Pesca 2024, cuyo tema es “Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes”, un lema inspirado en el pasaje del libro del Génesis (Gen 1, 20).
Por este motivo, el prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Michael Czerny, emitió un mensaje en el que explicaba que "el trabajo de los pescadores, entre los más antiguos de la humanidad, ha cambiado profundamente en grandes partes de nuestro planeta".
“Las heridas infligidas a nuestra casa común por un modelo económico agresivo y divisivo afectan directamente a la vida y al futuro de millones de seres humanos que viven de la pesca", añadió.
Además, el prefecto de la DSDHI recordó que "la Iglesia participa de las alegrías y esperanzas, pero también de las tristezas y angustias de la humanidad". En este sentido, añadió que en este momento histórico, los cristianos están llamados "a redescubrir la fraternidad como dimensión social y política, y la cultura del encuentro como alternativa a la globalización de la indiferencia".
“Es posible conseguir un desarrollo tecnológico que refuerce la dignidad y la seguridad del trabajo, restableciendo los justos equilibrios entre las personas, el trabajo y el medio ambiente. Asimismo, los legisladores pueden desligarse de los grandes intereses de unos pocos, para intervenir en favor de pequeñas comunidades, empresas familiares y organizaciones de pescadores que, con las debidas garantías, están en condiciones de contribuir más directa y eficazmente al bien común.", advirtió.
A continuación, el Cardenal señaló que los pescadores, "cooperan en la creación de un mundo más fiel a los sueños de Dios" porque "de hecho, ellos tienen la vocación de custodiar el mar que debe ser sostenida en una óptica de ecología integral, extensa y popular".
Recemos “también nosotros, confiando a la intercesión de María, Stella Maris, las preocupaciones y los deseos de los pescadores y de todos aquellos que se benefician de su trabajo", concluyó el cardenal Czerny.