Numerosos países del mundo celebraron el Día Mundial del Refugiado 2023, promovido por las Naciones Unidas, con el tema “Esperanza lejos del hogar”.
El Día Mundial del Refugiado se celebra cada año el 20 de junio “para enaltecer la fuerza y la valentía de las personas que han sido forzadas a abandonar su hogar para escapar de conflictos o persecuciones”.
Además, según describe la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR, UNHCR) esta conmemoración es “una ocasión para fomentar la comprensión y la empatía hacia las personas refugiadas y desplazadas en consideración de las difíciles circunstancias en las que se encuentran; asimismo, permite reconocer su capacidad de resiliencia en la reconstrucción de sus vidas”.
En este sentido, la Iglesia Católica se sumó al Día Mundial del Refugiado con diferentes iniciativas. Entre ellas en el Continente Africano en países como Angola, Mozambique, Sierra Leona y Sudáfrica.
La Conferencia Episcopal de Angola y de São Tomé (CEAST) junto a la Comisión Episcopal de la pastoral para los migrantes e itinerantes (CEPAMI) promovieron varias actividades de formación humana, entre ellas: una Capacitación en Liderazgo para Mujeres Refugiadas; formación con líderes de Comunidades de Migrantes y Refugiados; un encuentro con Refugiados en el Bairro Popular de Luanda, donde se compartieron experiencias positivas y retos de seguir siendo migrantes en Angola, la CEPAMI participó en una Exposición Cultural del Instituto Camões en la que hubo también un desfile de prendas confeccionadas por mujeres refugiadas y la proyección de la película “Las nadadoras” y una Misa transmitida por televisión celebrada en el Seminario Mayor de Luanda, presidida por el director de las Comunidades de Migrantes y Refugiados, P. Samuel Helena Tumbula.
Además, más de 200 refugiados católicos asistieron a una celebración eucarística en la Diócesis de Dundo, provincia de Lunda Norte, presidida por el párroco de la centralidad de Mussungue y Lóvua, el P. Rodrigues Matenda. Durante la Eucaristía, el sacerdote agradeció al Señor el don de la unidad y la solidaridad entre los refugiados. Y compartió el Mensaje de este año del Santo Padre con el lema: “libres para elegir emigrar o quedarse”.
Asimismo, en el norte de Mozambique se llevó a cabo un encuentro por el Día Mundial de los refugiados en el campo de refugiados de Maratane, provincia de Nampula, en el que participaron numerosas personas refugiadas y solicitantes de asilo.
También, con ocasión de este Día Mundial el director de la Cáritas de Freetown en Sierra Leona, el P. Peter A Konteh, lanzó un llamado a favor de los refugiados. En primer lugar, invitó a reconocer la dignidad humana en cada persona como lo hizo Jesús, también a “sensibilizar y promover la comprensión”, a apoyar los esfuerzos de ayuda y asistencia porque Cáritas Freetown, junto con otras organizaciones, “está trabajando incansablemente para proporcionar ayuda y asistencia a los refugiados necesitados”.
Luego, el sacerdote subrayó la importancia de “defender políticas justas y compasivas” que protejan los derechos y la dignidad de los refugiados y a “fomentar una cultura de acogida y solidaridad”.
Por su parte, los miembros de la Oficina de Migrantes y Refugiados de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica (The Southern African Catholic Bishops Conference, SACBC) se reunieron con el Servicio Jesuita para los Refugiados (JRS) para “compartir experiencias sobre las respuestas a la difícil situación de los migrantes, y el trabajo de defensa”.
En una entrevista, el sacerdote Patrick Mphepo explicó que la política de refugiados en Sudáfrica es “complicada en el sentido de que los refugiados aquí en Sudáfrica no permanecen en campos como en otros países, aquí están integrados en la sociedad y el sistema en sí, es un poco complejo en el sentido de que es muy difícil saber quién es un refugiado y quién es un migrante y quién es un solicitante de asilo”.