La Iglesia greco-católica en Rumanía está comprometida en la realización de un polo educativo en la ciudad de Blaj, que abarca desde el jardín de infancia hasta la escuela secundaria, para transmitir valores cristianos.
Esta iniciativa en la archieparquía de Alba Iulia y Făgăraş, en el norte de Rumanía, es una oportunidad para transmitir a las nuevas generaciones valores cristianos y ofrecer la posibilidad de emanciparse a través del estudio.
En una sociedad, como la rumana, en la que la secularización avanza rápidamente, la Iglesia greco-católica considera la educación -como subraya el Obispo auxiliar de la archieparquía de Alba Iulia y Făgăraş, Mons. Cristian Crişan- una herramienta válida para promover el desarrollo humano integral de niños y jóvenes y contribuir a la construcción de la sociedad.
En Rumanía, durante el régimen comunista, se confiscaron miles de iglesias greco-católicas, la mayoría de las cuales aún no han sido devueltas a pesar de que han pasado décadas desde la caída del comunismo.
En la ciudad de Blaj, la escuela secundaria, construida en los alrededores de la catedral greco-católica de la ciudad, también fue confiscada por el Estado; fue devuelta a la Iglesia greco-católica, pero ahora necesita una importante renovación para convertirse en un centro educativo para las generaciones más jóvenes, tal y como desea la Iglesia greco-católica: